precipitado y vuelto a la cornisa

domingo, noviembre 16, 2008

Cuando la espera desespera


¿Qué pasa cuando no hay nada para hacer, cuando no hay nada por hacer, ya sea por razones particulares, o por razones de fuerza mayor? Este es el punto de partida de la novela La expectativa, Damián Tavarovsky (Literatura Modadori 2007). En un país en crisis se presenta un personaje en crisis, obligado a la angustiante situación de una espera que no se sabe cómo ni cuándo termina.
Bajo una prosa impecable, clara e indiscutiblemente amena Tavarovsky compone esta novela que en la humildad de sus páginas- sólo son 142- nos acerca a una obra mucho más grande.
Con una narración contemporánea que apela a recursos fundados en temas actuales, se sumerge al lector en el interminable círculo de la expectativa, ese ciclo angustiante de recorrer un camino inmensamente circular. Y voy a citar algunos párrafos porque el libro esta subrayado como a mí me gusta: “El círculo se le había impuesto a Jonathan como la forma más lenta de evitar la caída. Pensó: «Recorrer un círculo debe ser más lento que una recta»”.
Los conceptos que se describen, y los sentimientos, muchos- que son uno- reunidos en la inmensa vacuidad de aguardar, están manejados metafóricamente de forma filosófica.
Una novela sin desperdicios donde la trama es simplemente una excusa para bucear en las profundidades de la mente humana y de cómo los pensamientos que la componen pueden jugar en detrimento o en beneficio de quien los lleva según la velocidad que el propietario les vaya imprimiendo. El círculo que puede hacerse indetenible.
Se sumerge al personaje en su entorno porteño, el entorno de un país del que es un engranaje, lo quiera o no. Y se plantean la totalidad de las cosas, y el vacío completo. El negro y el blanco. O las dos caras de la misma moneda.
Cortita, y a pesar de lo complejo del planteo, con una claridad tan tremenda que cualquiera puede entender que es lo que no están diciendo.
Y los dejo con este fragmentito, para ver si se entusiasman: “Siempre he tenido un perfecto control, como el esquiador que esquiva una a una todas las trampas mortales, hasta llegar al final. La expectativa: estar a la espera de algo. Vivir en la víspera. Al filo del agua. En la inminencia. Al pasado sólo puede detenérselo como una imagen que relampaguea, para nunca más ser vista. Y después el descenso, la falta absoluta de interés. Leve ascenso, larga caída”.
PD: Y a comentario respecto del diseño, me encantó la tapa también, esa bolsa que nos hace dar ganas de abrirla aunque sabemos que está llena de nada. Síntesis por todos lados.

3 Comments:

Blogger Escribir, coleccionar, vivir said...

Yo creo, respecto del diseño, que es una típica bolsa de gatos. Es más, puedo ver la columna vertebral de un felino, tan familiar a mi observación diaria.
Las reflexiones que citás de la novela están buenas. El tópico del vacío me encanta... y más si promete descensos vertiginosos como los de un esquiador.

10:10 p. m.

 
Blogger Silvio said...

No te la perdás. Una de las mejores cosas que he leido ultimamente. Te a puedo prestar, obvio previa hipoteca de tu casa.

1:03 p. m.

 
Blogger Unknown said...

Silvio, me gustó la trama qe invita a leer más y profundizar en la expectativa de esa bolsa.....
te dejo unos besos embolsados....

11:05 p. m.

 

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