precipitado y vuelto a la cornisa

jueves, noviembre 20, 2008

Subite, Metrovías


Es de noche en el Buenos Aires de 1939 y en el escenario de la construcción del ramal D del subterráneo, un atorrante presencia la muerte misteriosa de un amigo. La trama arranca con la clásica oscuridad y el ambiente de las novelas de terror. Y continúa andando por ese camino. Y si bien todo avanza de forma entretenida (que no es lo mismo que interesante) estoy cansado de que me endulcen con un caramelo para terminar dándome pura sopa. Porque cuando uno se sumerge en Hacé que la noche venga de Fernando Oyola (Literatura Mondadori 2008), en el primer caprítulo se encuentra con una voz muy personal y un texto acertadamente coloreado con anécdotas y con la creación de un personaje, escenario y situación muy seductores, pero después de eso se ve poco.
Pero, la puta madre, ¿qué pasa que se acaban las ideas al terminar el primer capítulo? Y sinceramente, me agarra la bronca, porque es como que lo hicieran a propósito para venderme el libro. Sí, obviamente no voy a leer más que el primer capítulo si estoy parado en la librería decidiendo.
Pero bueno, seamos objetivos y desestimemos un poco el enojo.
La novela no está mal. Es amena y con personajes que terminan simpatizando, sobre todo los envueltos por esa marginalidad del ciruja, que nos obliga a ver la historia desde un punto de vista diferente. Eso es interesante. Es como ver Buenos Aires desde abajo, desde los rincones.
No me gustó que el escenario se limitara a la obra en construcción del subte. Me hubiera gustado un poco más de postales urbanas de aquella época.
Y en un momento perdí en interés. Cosa que no es lo mismo que se me caiga de las manos. Se pierde la sensación de inercia de lectura. Que es esa sensación de ir subiendo y subiendo en la montaña rusa para esperar la caída, pero cuando llega, es cortita y poco empinada.
Sí encontré un aire de Poe metido entre las líneas. Por ahí demasiado anecdótico, y otras veces con buenas intenciones.
Se suceden las muertes después de esta primera. Y son muertes de esas que nadie se explica. Los muertos dicen que la noche les respiró en la cara. Y que el diablo anda por esos túneles.
Leonardo Oyola nació en el ’73 y para envidia de muchos ha publicado varias novelas siempre dentro del policial y lo fantástico. Yo creo que Leonardo tiene pasta, tiene una cosa de marginal y rebeldía. Y aunque esta no me convenció del todo, es una linda novela.