Máquinas macabras

No pude con mi genio y me fui al Village (donde por cuestiones geográficas me fue imposible ver a Patricio Contreras) y me metí a ver El juego del miedo 6. Sí, bueno, qué se le va a hacer, me llaman la atención esas películas. Y la verdad es que no hay mucho para rescatar, sino algunos detalles menores, que quienes gusten del género podrán disfrutar.
Como siempre, todo es más de lo mismo. El sádico asesino que a través de jueguitos, compuestos con minuciosa presición, y echando mano a maravillosos artefactos mecánicos, quiere hacer justicia por mano propia con aquellos que no han sabido apreciar el valor de estar vivos.
Lo importante son dos cosas:
1. Es inevitable cómo la película lo va metiendo a uno en una tensión que crece continuamente. No es que de miedo ni logre sobresaltarnos, pero sí cada vez nos lleva más al borde de la silla. Si pensamos que es la 6, y que esto sigue surtiendo efecto, entonces es válido.
2. Los guionistas verdaderamente se han hecho ochos para lograr dar vuelta por sexta vez una explicación que no deje cabos sueltos y que consiga plantear que toda resolución en las anteriores secuelas verdaderamente no estaba cerrada.
Y bueno, a los que no vieron ninguna, tampoco se pierden mucho. Sí les puedo recomendar que vean la primera, que es la más sólida y la más sorprendente en cuanto al giro final de la historia.
Ah, y la música está muy pero muy bien.
Les dejo unos de los trailers así escuchan la música que es algo así: Chananan, chananan... chananan, chananan...