precipitado y vuelto a la cornisa

lunes, marzo 09, 2009

5 Contradicciones para escribir una novela


Si sientes

1. que tienes la templanza suficiente para escribir una novela que nunca antes se haya escrito.
2. que el cúmulo de ideas son una maraña de lana que no te permite empezar.
3. que no puedes demorarte en depurar los ripios porque la ansiedad de seguir adelante es más fuerte que la perfección.
4. que quieres organizar la trama como si fueras Sidney Sheldon pero escribirla como si fueras Saramago.
5. que sólo has de tener resuelto el principio y el final para poder empezar.

Estás en el camino correcto, aunque todo esto sea mentira.

Porque

1. No hay nada nuevo bajo el sol, han dicho sabiamente los griegos. Y tan cierto es esto como que estás por escribir algo que otro ya ha hecho.
2. La maraña de tus ideas será la misma hasta tanto no hayas escrito la última página.
3. Los ripios jamás serán bienvenidos aunque les des la espalda.
4. Componer una trama interesante y una prosa creativa es como mezclar agua y aceite.
5. Nunca hay un solo principio, como tampoco un único final.


Pero como la desesperación no es buena consejera, importante es saber que:

1. Las ideas nunca vienen solas y jamás serán nuevas. Por ello, si al leer un libro piensas que hubiera sido mejor escribirlo de otra manera, nadie te lo está prohibiendo. Puedes hacerlo a conciencia de saber que si bien esta no es tu idea debes conseguir que lo parezca.
2. Las novelas no son como los cuentos, se resuelven una vez que el trabajo ha terminado. Así es que has de llegar al final lo antes posible sin preocuparte de otra cosa. Y debes comprender que escribirás sin que nada esté resuelto, porque no hay otra manera,
3. y sin pensar que cuando creas que has terminado, habrás de escribir todo de nuevo.
4. Caminar por los extremos conlleva el peligro de caerse. Los lugares intermedios son mejores aunque debas resignar algunas cosas.
5. Aunque se escuche terrible que el principio no es solamente las primeras páginas ni el final las últimas, lo bueno es saber que cada vez que te sientes tendrás un principio, y que cada vez que te levantes habrás de habrás llegado a un final. Pero esto ha de pensarse poco si uno no quiere volverse loco.

Y si nada de esto queda claro, es una buena señal. No pierdas tiempo tratando de entenderlo, mejor es que te sientes. Ahora. Tu novela no va a escribirse sola.

miércoles, marzo 04, 2009

Barcelona x 3


Dos chicas lindas, y una tercera que se suma después a disputarse la compañía de un sexy pintor barcelonés son el centro de esta historia.
Con esta propuesta, y teniendo detrás de bambalinas a Woody Allen, uno espera una comedia desopilante y llena de lugares inteligentes. Lamento entonces comunicar que esto no va a suceder. Y si bien la película no está mal, se corre bastante de las líneas―variadas por cierto― con que este director nos suele sorprender.
Dos turistas norteamericanas llegan a Barcelona y caen bajo el encanto de este muchacho, quien no se anda con chiquitas y deja bien en claro que puede con todas. Con ellas dos y con su ex esposa que llega a la casa donde están todos, promediando la película, y se convierte en una suerte de consejera sentimental del pintor. Resulta ser esta consejera una muchacha bastante inestable, por cierto, y desde ahí se empiezan a tejer los enredos de la comedia.
Las actuaciones están para destacar, lindas profesionales ellas y también Javier. Y de las tres palabras del título, la que sí nos queda clara es Barcelona, porque la ciudad está mostrada en su profundidad, cosa de por cierto válida si tenemos en cuenta los atractivos del lugar.
Lo demás suena bastante tibio. Los malentendidos, los triángulos amorosos, los conflictos, y hasta las situaciones que pretenden ser jocosas. Es una película entretenida, pero por ahí da la sensación, pasados unos cuarenta minutos, que Woody se quedó demorado en el principio.
Y sí se me quedó pegada la canción que hace de cortina musical durante todo el film, una musiquita simpaticona que linda entre la ingenuidad y la ironía. Y parece que eso lo dice todo, porque esa cancioncita, del título rescata una sola palabra: Barcelona, Barcelona, Barcelona…
A Vicky y a Cristina las podemos dejar de lado sin mayores resignaciones.